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El Santo Sudario, otro fraude más de la Iglesia

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Ponen en duda origen de Santo Sudario

El Santo Sudario, otro fraude más de la Iglesia. La Sábana Santa o Sudario de Turín, es una reliquia del cristianismo que supuestamente tiene impregnada la imagen de Jesucristo en su sepulcro y que es tomada como una prueba de su existencia histórica, es rechazada por la ciencia, al ser una falsificación burda de un hecho que jamás pasó.

Motivo de cientos de artículos y discusiones dentro y fuera de la Iglesia Católica, la principal promotora de su defensa, el Santo Sudario no ha resistido las pruebas científicas y uno de sus principales estudiosos, Andrea Nicolotti, ha demostrado que esta reliquia no tiene ni mil años, por lo que difícilmente podría haber sido ocupada para lo que el cristianismo dice, que fue cubrir a Cristo tras la crucifixión.

“Obviamente, la autenticidad del Sudario es insostenible. Es un tejido que ha sido estudiado muchas veces y radiodatado con Carbono 14 en cuatro ocasiones en tres laboratorios diferentes y es del siglo VIII. El de Turín lo dataron doce veces y es del siglo XIV”, sostuvo Nicolotti.

Contra esta versión, existen voces como la de Jaime Maussan, que en diversos reportajes han afirmado que el Sudario es real y hasta han presentado reconstrucción avanzada en 3D del presunto rostro de Cristo y que hasta la sábana, a la altura de la costilla, tiene sangre de que fue picado con la espada.

Lo que si, es que Maussan en su reconstrucción, muestra a un Jesús con fisonomía dura y tez morena clara algo diferente al Jesús rubio de ojos azules al que siempre acostumbró a los feligreses como presunto modelo de perfección, cuando en realidad era un asunto de racismo como lo expuso Salvador Freixedo.

En el 2002, un grupo de investigadores rusos confirmaron que el Sudario de Turín, que es un trozo de tela de lino de 1,10 metros de ancho por 4.36 metros de largo, puntuada por trazas de quemaduras fuertemente simétricas, donde aparece la silueta de un hombre, tanto de frente como de espalda, en negativo a fuerte contraste, fue fabricado entre los años 1262 y 1384.

Su antecedente, la tela de Edesa, que si era según la Iglesia, del Siglo I, desapareció en el siglo XIII tras la última Cruzada pero no queda nada de esa y en su lugar apareció el Sudario de Turín, con resultados tan controvertidos sobre su origen.

Pero para eso de las reliquias, como lo dio a conocer Eduardo del Río (Rius), la Iglesia Católica fue la campeona ya que a partir del siglo X comenzaron a abundar en toda Europa y desde luego había los objetos más extraños para probar la presunta divinidad de Cristo y su madre, ya que había hasta presuntas gotas de leche materna de la virgen, clavos «reales» de la crucifixión, pelo de Cristo, etc.

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