Opinión
Calentamiento global y desigualdad económica

César Peña *
Lo inestable que se ha vuelto el clima ha provocado sin duda que se vuelva imposible hacer una predicción para el siguiente siglo. Es más, tan vertiginoso ha sido este cambio que ni siquiera los especialistas se atreven a hacer un pronóstico certero ni para las siguientes décadas al ser superados los límites en el último lustro de lo que se supone vendría en el mediano plazo.
Una constante es lo extremo: las sequías se han hecho más feroces, lo mismo que el periodo de lluvias y ni que decir los fríos. No obstante, todo es producto de un proceso de autoregulación del propio planeta que si bien está entrando en su periodo de glaciación, también está sufriendo los embates de la actividad humana, caracterizada por las enormes cantidades de contaminantes arrojados al aire, agua y tierra.
Cuando, por ejemplo, se creía que habían desaparecido los glaciares del Iztaccihuátl en que la UNAM puso hasta una placa del evento en el 2016, estos cambios han hecho que no sólo en pleno 2025 regrese la nieve a ese lugar y otras cumbres importantes, sino que lo hagan de manera intensa.
Los cambios en el globo lo están sufriendo mucho menos los países desarrollados, quienes han mostrado que son capaces de movilizar los recursos financieros y humanos para paliar mejor cada reto, es decir, están mostrando una gran capacidad de adaptación que no pueden los países pobres.
La ola destructiva de maremotos, incendios como el de California, sequías y hasta ondas gélidas, las soportan mejor las naciones con recursos pero impactan y devastan a las que apenas tienen para sobrevivir como las catástrofes que han golpeado a naciones de Centroamérica y África, catalogadas dentro de las más pobres.
Cierto, la solidaridad internacional mueve montañas y cuando se requieren en alguna zona por emergencias así, llegan, sin embargo, los procesos de reconstrucción en cada lugar no tienen comparación entre los pobres y ricos de ahí que el cambio climático sea un fenómeno que está golpeando a todos, pero está devastando a los que menos tienen que a veces pasan meses y años sin recuperar sus bienes y ni que decir a nivel de vidas humanas: escasos o nulos programas de Protección Civil y precarización en viviendas, trabajos y vida en general, haciéndolos vulnerables.
Los especialistas han sido claros al respecto: el calentamiento global es un proceso que se detendrá, sí y sólo sí, en este momento se parara toda actividad nociva lo que desde luego no sucederá si consideramos que el principio del capitalismo es la depredación de los recursos sin importar las consecuencias.
Por ello, se avizora un futuro algo pesimista en este sentido en que la tierra seguirá reaccionando de manera extrema a este castigo desmedido de una de sus especies que la está sometiendo a una terrible sobreexplotación.
- Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.