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Carlos Ortiz arrancó tercero en golf olímpico, esperanza de medalla para México.
Redacción, 29 de Julio.- El golf masculino de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 arrancó el jueves con el mexicano Carlos Ortiz situándose en la tercera posición y el japonés Hideki Matsuyama resintiendo la presión de ser la estrella local.
El austriaco Sepp Straka, número 161 del mundo y sin ninguna victoria en su palmarés de PGA, duerme como líder de un torneo marcado por la ausencia de figuras como Jon Rahm y Dustin Johnson.
Straka firmó una sensacional tarjeta de 63 golpes, ocho bajo par, en el Kasumigaseki Country Club, cerca de Saitama, vacío de aficionados por la pandemia de coronavirus.
A un golpe del líder, que logró ocho birdies sin ningún bogey, se ubicó el tailandés Jazz Janewattananond y a dos el mexicano Carlos Ortiz y el belga Thomas Pieters.
“Ha sido una gran ronda. Estoy muy contento con la forma en que he jugado”, se felicitó el golfista de Guadalajara (oeste), que ocupa actualmente el puesto 61 en el ranking PGA.
Ortiz brindó el año pasado a México su primer título de PGA en 42 años, el Vivint Houston Open, pero este jueves intentó contener la expectación de otro sonado triunfo en un escenario olímpico.
“No he venido con ninguna expectativa en particular. Voy a salir e intentar dar lo mejor. Solo quiero dar el 100%, ese es mi objetivo para cada torneo”, recalcó el mexicano, que firmó siete birdies y un bogey.
Tokio-2020 celebra la segunda competencia de golf desde el regreso olímpico de este deporte en Rio-2016 después de 112 años de ausencia.
Dos de los tres medallistas entonces, Henrik Stenson (plata) y Matt Kuchar (bronce), no tienen torneos de Grand Slam en su palmarés, mientras el ganador, Justin Rose, no logró ningún otro desde su victoria en el Abierto de Estados Unidos de 2013.
Otros dos golfistas latinoamericanos finalizaron en el top-10 de la ronda, que estuvo suspendida durante poco más de dos horas por una tormenta.
El venezolano Jhonattan Vegas concluyó con 66 golpes, cinco bajo par, en la quinta plaza compartida y el colombiano Sebastián Muñoz con 67 golpes en la octava.
Otro mexicano, Abraham Ancer, se ubicó con 69 golpes en el puesto 20, compartido con otra decena de jugadores, incluidos Hideki Matsuyama y Collin Morikawa, los dos jugadores que acapararon los focos en el arranque de la competición.
Discretos Matsuyama y Morikawa
Ante las numerosas y sensibles bajas del torneo, el japonés Matsuyama fue la figura más seguida en el monumental campo de 7.447 yardas (6.800 metros).
Matsuyama es un ídolo deportivo en Japón desde que se enfundó la chaqueta verde del pasado Masters de Augusta, en un inesperado triunfo que le dio el primer título de Grand Slam a su país.
Al terminar su discreta actuación, Matsuyama reconoció el peso que carga sobre sus hombros para no defraudar al país anfitrión.
“Si digo que no hay presión, estaría mintiendo”, afirmó el golfista, de 29 años. “Espero ser capaz de aceptar la presión que recae sobre mí para intentar hacer un buen torneo”.
“Esta experiencia podría ser la primera y la última en que dispute unos Juegos Olímpicos en mi país. Espero que mañana pueda hacer una ronda mejor”, confió el japonés, que no quiso culpar de su resultado al viento presente durante toda la jornada.
“El viento no es probablemente el mayor factor aquí. Simplemente no he jugado bien hoy”, reconoció.
Por su parte Morikawa, la nueva gran sensación del golf mundial, tampoco exhibió por ahora su mejor golf en el país de origen de su familia paterna.
A sus 24 años, este californiano cuenta con dos trofeos de Grand Slam, el Campeonato de la PGA de 2020 y el reciente Abierto Británico.
El exnúmero uno mundial Rory McIllroy, otro de los candidatos a medalla, terminó también en el 20º lugar compartido.
Ganador de cuatro torneos de Grand Slam, el último de ellos en 2014, el norirlandés lamentó la ausencia de aficionados japoneses en el campo.
“Cuando Hideki (Matsuyama) ganó el Masters, lo primero que pensé fue en el buen ambiente que iba a haber en los Juegos Olímpicos, pero desgraciadamente no es así”, señaló. “Es duro. No es la experiencia olímpica que cualquiera sueña con tener”.