Paradigma

Códice Boturini

Lámina 18. Códice Boturini o Tira de la Peregrinación.
Los mexicas pasando por el cerro de Chapultepec.

En la entrada número 18 de esta columna hablamos sobre algunos aspectos del códice borbónico, en esta entrada damos continuidad a un acercamiento somero de otro códice esencial: la Tira de la Peregrinación, también conocido como Códice Boturini. Este códice presenta la ruta que siguió el pueblo mexica desde la mítica Aztlán hasta su asentamiento temporal dentro del señorío del Culhuacán al sur del gran Lago de Texcoco. En primer lugar, es importante decir, que varios historiadores y antropólogos especialistas en el tema, consideran que la Tira de la Peregrinación es auténticamente prehispánica. Está elaborado en papel amate de una extensión de 5.40 metros, dividida a su vez en 22 láminas de 19.8 cm x 25.5 cm, pintadas por un solo lado y sin muchos agregados de colores, por lo que su visualización es sobría. Debe su primer nombre, Boturini, porque fue un coleccionista italiano, Lorenzo Boturini Benaduci quien lo mencionó por primera vez, en 1746, en su Catálogo del Museo Indiano. Por muchas vicisitudes el códice vino a México y luego fue llevado a Londres en 1823, por William Bullock, supuestamente para una exposición. En 1825, una buena parte de la colección de Lorenzo Boturini pasó a formar parte del Museo Nacional Mexicano, lugar al que fue devuelto el Códice después de dos años. Lugar que hasta la fecha lo alberga, como parte de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

El Códice narra, en forma de episodios o res gestae, la peregrinación que tuvo que hacer el pueblo mexica desde Aztlán, lugar de las garzas que era supuestamente, una isla en medio de un lago, desde el año 1 pedernal (1168 d.C). Su peligroso y largo viaje duró nada más y nada menos que 210 años, hasta su llegada a las orillas del lago en 1355 d.C. La historia no solo cuenta de donde salieron, sino que ya desde las láminas 3 y 4, el pueblo chichimeca se convierte en el pueblo elegido por Huitzilopochtli, y pasan a llamarse a sí mismos mexicas. Esto es, en cierto modo, no solo una narración puramente mitológica, sino una forma en la que, a partir de contar su propia historia, los mexicas encontraron una forma de justificar su existencia en medio de todos los pueblos que se encontraban habitando el antiguo Lago de Texcoco.

Son muchos los autores que desde 1824 han estudiado el códice Boturini, desde el mismo William Bullock, pasando por Lord Kingsborough entre 1831 y 1832, Vicente Riva Palacio en 1884 y Salvador Mateos Higuera en 1943. También el gobierno de México, el Fondo de Cultura Económica, el INAH, así como investigadores de algunas universidades nacionales y del extranjero han publicado ediciones facsímiles o colaborativas para ahondar en la Tira de la Peregrinación. De entre ellas, podemos destacar la de Consuelo Martínez de Cuero en 1975, la de Joaquín Galarza y Krystina Libura en 1999, y una selección presentada por la revista Arqueología Mexicana a cargo de Patrick Johansson K, en 2007. Sin embargo, también se deben destacar las últimas versiones como la edición del FCE a cargo de Baltazar Brito Guadarrama en 2023, y la versión facsimilar, también de 2023, a cargo del maestro Rafael Tena.

Lic. Carlos A. Carrillo Galicia

Licenciado en Historia de México y estudiante de la Maestría en Historia, ambas en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Actualmente ocupa el cargo de instructor de Historia, Filosofía y Literatura en el Centro de Educación Continua y a Distancia (CECyD-UAEH), así como la presidencia de la Asociación de Historiadores Egresados de la UAEH.

Facebook: @histcarloscarrillo                Correo: hist.carlos.a.c.g@gmail.com

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