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En su 30 aniversario, la Fundación Gabo tiende desde Cartagena un puente entre el periodismo y el cine

La tercera Cumbre Floodlight, celebrada del 5 al 7 de diciembre en el Palacio de la Proclamación, reunió en Cartagena a más de 60 periodistas, guionistas, directores y productores de 25 países, consolidando este espacio como la única plataforma mundial donde el periodismo de investigación y la industria del entretenimiento colaboran para transformar investigaciones reales en narrativas audiovisuales de alto impacto.
Durante tres días de sesiones de pitch, encuentros privados, paneles de alto nivel y actividades en la histórica Casa Gabo, la iniciativa promovida por la Fundación Gabo y el Organized Crime and Reporting Project (OCCRP) reafirmó su propósito: llevar a la pantalla historias que permiten al público comprender la corrupción, las guerras, la desinformación y los abusos de poder que marcan nuestro tiempo. Un encuentro entre periodistas que arriesgan la vida y creadores capaces de amplificar su impacto.
Los 13 periodistas seleccionados para la Cumbre Floodlight, provenientes de América Latina, Europa del Este, Oriente Medio y el Pacífico –muchos de ellos trabajando desde el exilio o en zonas de guerra–, presentaron investigaciones que exponen las amenazas más urgentes de nuestra era: desde la maquinaria financiera de la desinformación global y la ingeniería del fraude cibernético, hasta la interferencia electoral impulsada por redes criminales transnacionales, la manipulación mediática al servicio del poder, esquemas de espionaje que operan a través de tecnologías cotidianas, y la explotación de poblaciones vulnerables en medio de conflictos armados.
A ellos se sumaron grandes figuras del oficio como Carmen Aristegui (México), una de las voces más influyentes del periodismo latinoamericano; Carole Cadwalladr (Reino Unido), quien destapó el caso Cambridge Analytica, el escándalo de uso indebido de datos personales más emblemático de la era de las redes sociales; y Lowell Bergman (Estados Unidos), referente histórico del periodismo de investigación de su país y exproductor de 60 Minutes, interpretado por Al Pacino, en la multipremiada The Insider.
Los periodistas compartieron escenario con una selección excepcional de creadores, guionistas y productores, entre ellos:
- Luke Davies (Lion, Beautiful Boy)
- Erik Jendresen (Band of Brothers, Mission: Impossible)
- Lucía Puenzo (XXY, El médico alemán)
- Anne Carey (Can You Ever Forgive Me?, 20th Century Women)
- Dooho Choi (Snowpiercer, Mickey 17)
- William Wheeler (Ray Donovan)
Sus intervenciones subrayaron el valor de la colaboración entre industrias que, tradicionalmente, trabajan en Cuando una investigación rigurosa encuentra un lente cinematográfico potente, la verdad llega más lejos”, señaló Luke Davies.
Diálogos que marcaron la cumbre
La apertura confrontó la realidad del periodismo bajo fuego. Carmen Aristegui, Carole Cadwalladr y Alina Radu, cofundadora del medio moldavo Ziarul de Gardă, detallaron cómo operan en un «paisaje de amenazas híbridas» –ataques físicos, digitales y legales diseñados para destruir la credibilidad– y la necesidad de «co-crear» historias con las audiencias para construir confianza inquebrantable. Radu relató cómo su medio se convirtió en la página web más leída de su país durante la invasión rusa a Ucrania en 2022, registrando su audiencia más alta en 20 años de Cuando la gente sintió que estaba afectada, sabían que había un medio confiable al que acudir”. El panel estableció que la confianza se construye mediante trabajo constante, y que aunque el periodismo de investigación puede parecer desatendido en tiempos normales, el público acude a él en momentos críticos.

Dan Futterman, Luke Davies, Erik Jendresen y Lucía Puenzo, cuatro guionistas de renombre internacional, abordaron la pregunta crucial de los periodistas: ¿Qué pasará con mi historia? Jendresen, guionista jefe de Band of Brothers enfatizó que la responsabilidad de la industria del entretenimiento es “apartarse y servir a la historia”, evitando llenarla de elementos inventados que diluyan la verdad. “Las audiencias anhelan una narración responsable y confiable”, afirmó. El consenso de los panelistas fue que la licencia creativa debe honrar, nunca traicionar, la esencia de la investigación original.
Lowell Bergman y Drew Sullivan, editor del OCCRP, cerraron la cumbre con una conversación magistral sobre el poder y los peligros de llevar el periodismo a la pantalla. Bergman relató su batalla de seis meses contra CBS para romper un acuerdo de confidencialidad y contar cómo la cadena intentó censurar su investigación para 60 Minutes sobre la industria tabacalera. «Solo el cine podía contar la historia completa que la propia cadena de noticias se negaba a contar», explicó. A pesar de siete nominaciones al Oscar para The Insider, Disney –que financió la película– se disculpó con CBS por producirla y limitó su distribución. La lección fue contundente: incluso las narrativas más poderosas enfrentan censura, pero su existencia cambia la conversación pública para siempre.
En su tercera edición, por primera vez la Cumbre Floodlight incluyó tres conversaciones abiertas al público de Cartagena. Bryan Avelar compartió cómo creó Humo: Murder and Silence in El Salvador, pódcast ganador del Premio Gabo 2025 que documenta la violencia y el retroceso democrático en su país. Carmen Aristeguidialogó con Jaime Abello, director de la Fundación Gabo, sobre el desmantelamiento de instituciones democráticas en América Latina y el papel del periodismo independiente, y compartió detalles sobre su investigación #TelevisaLeaks, que reveló una división clandestina dentro de esta corporación mediática, dedicada a crear campañas de desprestigio masivo.
Albatros González (guionista de Cien años de soledad), Tere Gaviria (productora de La Suprema) y el historiador Javier Ortiz Cassiani exploraron cómo la ficción amplifica realidades locales hacia lo universal. Gaviria relató cómo su película sobre una comunidad sin electricidad en el Caribe no solo la visibilizó en el mapa, sino que generó la creación de un consejo comunitario.

Una edición marcada por el riesgo para la prensa mundial
La cumbre se desarrolló en un año en el que más de 250 periodistas fueron asesinados en el mundo, según cifras del Comité para la Protección de los Periodistas. Floodlight se posicionó así como un espacio de protección simbólica, visibilidad y reconocimiento, donde el periodismo más amenazado encuentra nuevas vías para sobrevivir y prosperar a través de la ficción.
«La Cumbre es un punto de encuentro vital entre quienes arriesgan la vida para contar la verdad y quienes pueden llevar esas historias a millones de personas», afirmó Paul Radu, cofundador del Organized Crime and Reporting Projeect (OCCRP) y Floodlight. «Con apenas 10.000 periodistas de investigación en todo el mundo, sus hallazgos son solo fragmentos de la realidad. Floodlight se propone unir esos fragmentos y amplificarlos».
Gabo: inspiración de un periodismo que cruza fronteras
Este encuentro marca un hito en la historia de la Fundación Gabo, que en 2025 cumple tres décadas desde su creación por Gabriel García Márquez. A lo largo de su vida, Gabo entendió el periodismo como un servicio público y la literatura como una forma de revelar lo invisible. En su obra, las fronteras entre estas dos disciplinas –y otra de sus grandes pasiones, el cine– se difuminan para ampliar la comprensión del mundo.
La Fundación Gabo nació de esa intuición. Durante treinta años ha reunido a periodistas, narradores, aliados y soñadores convencidos de que el periodismo es indispensable para la convivencia y la vida democrática. “Todo el periodismo debe ser investigativo por definición”, decía Gabo. Esa idea no solo guió su trabajo –incluida la investigación detrás de Noticia de un secuestro, hoy adaptada como serie– sino que enlaza directamente con el espíritu de Floodlight: ampliar el alcance de las investigaciones llevándolas al lenguaje del cine y la televisión.
“Así como Gabo amplió las fronteras del periodismo, este proyecto busca abrir nuevas rutas para que historias esenciales –aquellas que el autoritarismo o el crimen organizado intentan silenciar mediante la desinformación, la amenaza o el asesinato– encuentren un camino hacia audiencias masivas», afirmó Jaime Abello Banfi, cofundador de Floodlight y director general de la Fundación Gabo. “Creemos que cuando periodistas y cineastas trabajan juntos, la realidad encuentra nuevas formas de existir, nuevas oportunidades de ser vista, escuchada y defendida”.
Un modelo único que funciona todo el año
Floodlight no termina cuando los participantes abandonan Cartagena. Es un proyecto continuo que opera los doce meses del año y acompaña cada historia desde el pitch hasta las negociaciones. Tras la cumbre, los cineastas disponen de tres semanas para manifestar interés en las investigaciones presentadas; a partir de ese momento, Floodlight ofrece asesoría legal especializada para representar a los periodistas en sus conversaciones con la industria. Las colaboraciones se desarrollan a largo plazo, de modo que los reporteros no tengan que navegar solos un ecosistema complejo y desconocido.
Ese trabajo sostenido ya empieza a dar frutos. El guionista Bill Wheeler desarrolla actualmente un largometraje basado en una investigación presentada en una edición anterior, producido y financiado por L.A.M.F. en colaboración con Floodlight. Es solo un ejemplo del potencial transformador del modelo: que investigaciones leídas por miles puedan convertirse en series o películas vistas por millones. Como señaló el periodista Bryan Avelar, “llevar una historia a Netflix, a Amazon, a HBO definitivamente sería un cambio trascendental tanto en mi carrera como en el impacto que tendría mi historia”.
Con este impulso, Floodlight se consolida como una fuente permanente y verificada de historias cruciales para la industria del entretenimiento global. Las inscripciones para la cuarta edición ya están abiertas.

Sobre Floodlight
Floodlight conecta el periodismo de investigación con la industria del cine y la televisión para producir ficción informada al servicio del interés público. Seleccionamos y curamos algunas de las investigaciones más impactantes de los mejores periodistas, preparamos el material y lo presentamos a destacados cineastas y creadores de series para su posible adaptación. Creado por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), la Fundación Gabo y las productoras Alesia Weston y Philippa Kowarsky, reconocidas por su amplia trayectoria internacional y hoy codirectoras de Floodlight, esta iniciativa propone un nuevo enfoque para contar historias.
Sobre la Fundación Gabo
La Fundación Gabo es una organización internacional sin ánimo de lucro creada en 1994 por Gabriel García Márquez. Su misión es promover una ciudadanía activa y mejor informada mediante el uso ético y creativo del poder de contar historias, inspirada en el legado y el método de taller de su fundador. En la última década, la Fundación ha liderado la preservación y promoción del legado de García Márquez. Reconocido hoy como un narrador infatigable y nobel de literatura, García Márquez comenzó su carrera como reportero investigativo y trabajó en cine antes de transformar para siempre la escritura con sus historias inolvidables. Floodlight honra su espíritu al unir el poder del cine con el rigor del periodismo investigativo.







