Hidalgo
Lizania es víctima de violencia vicaria; su expareja sustrajo a sus hijos

Con lagrimas en los ojos, Lizania Zavala pide a las autoridades que encuentren a sus hijos, a quienes su expareja sentimental sustrajo a finales el año pasado, aun cuando ella tiene la guardia y custodia de los pequeños, no los ha vuelto a ver.
En conferencia de prensa, la madre de Cayetana, quien hoy cumple tres años de vida y de Alejandro Espínola, explicó que, tras la sustracción comenzó con la búsqueda y aunque fueron ubicados, llegó tarde la orden de cateo del Ministerio Público y por ello no se logró el reencuentro entre Lizania y los niños, pues su progenitor se los llevó a otro lugar.
“Hoy mi hija Cayetana está cumpliendo tres años y en lugar de estar celebrando con mi hija, estoy aquí gritándole a todo el mundo que la estoy buscando”, dijo.
Comentó que el 29 de diciembre pasado su expareja sentimental, con quien ya inició el proceso de separación, se llevó a sus hijos para una convivencia y después perdió comunicación con ellos.
Señaló que el progenitor de los menores proviene de una familia machista y lo han apoyado en la sustracción de Cayetana y Alejandra; asimismo, asevero que no tiene conocimiento de dónde estén los pequeños.
“Me están castigando por separarme de él, de una persona que también era misógina, era machista; una persona alcohólica, una persona que me violentaba emocionalmente y económicamente”, dijo.
“No sabemos si a mis hijos los traen en cajuelas. Mis hijos no han ido a la escuela. No los han dado de baja, pero mis hijos no están asistiendo a sus clases”, añadió.
Indicó que ya existe una carpeta de investigación por la sustracción de los menores de edad y descartó que sea protegido por las autoridades estatales, aunque dijo que tiene relación con personas del poder político en Guanajuato.
Asimismo, Lizania Zavala también narró que, a lo largo de su relación con su expareja, cuyo nombre es omitido, sufrió violencia económica.
“Una de las situaciones que yo viví con él fue cuando yo estaba embarazada, iba al súper porque estaba el refri vacío. Yo le decía: ‘está el refri vacío, no hay de comer’, y él me decía: ‘pues cómpralo, llénalo’. Yo embarazada, con una preclamsia; estuve a punto de la preclamsia. Yo iba al súper y me decía: ‘hasta que te digan la cuenta, me marcas y me dices cuánto es’. Entonces yo me quedaba esperando en la caja, marcándole, esperando a que él me depositara para poder pagar. Se tardaba media hora, una hora, y yo tenía que retirar los productos para que más gente pasara. Eso es violencia económica”, explicó.