Hidalgo
Material radioactivo de los 80´s llegó a 7 municipios de Hidalgo

César Peña
Pachuca, 2 de julio.- Material radioactivo de los 80´s llegó a 7 municipios de Hidalgo sin que ninguna autoridad lo haya ubicado desde entonces.
Se trata de varillas y otros materiales contaminados con Cobalto 60, un isotopo de cobalto sumamente peligroso que desde 1983 fue detectado en Ciudad Juárez, pero que llegó a muchos estados, entre ellos Hidalgo.
El «Chernobyl mexicano», haciendo alusión lo ocurrido en Rusia en 1986, tuvo resultados inimaginables pues autoridades y responsables de ello, nunca tuvieron un manejo adecuado del material.
El lunes 16 de enero de 1984 las alarmas se dispararon en los Álamos, Texas, donde iba un camión con varilla contaminada fue detectado por la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas, conociendo que el material contaminado salió de la empresa Aceros Chihuahua S.A de C.V.
Sin embargo, el material que salió de una máquina para radiografías y que fue vendido como chatarra de un hospital, ya había sido procesado y distribuido por todo el país.
A Hidalgo, fue depositado en lugares no precisados de Pachuca, Singuilucan, Zempoala, Mineral de la Reforma, Epazoyucan, Real del Monte y Villa de Tezontepec.
En estos lugares, como en municipios vecinos del Estado de México como Acolman, Axapusco y Reyes Xolos, entre otros, tuvo el mismo destino y puede estar en cualquier lado pues a la fecha no se ha logrado ubicar su paradero.
Xolos, el fierro fosforescente
Guadalupe vivía en 1989 en Reyes Xolos, Estado de México cuando un día unos vendedores en camionetas, ofrecían varilla «barata», casi regalada, decían.
En cuestión de horas, la ganga hizo efecto y vendieron todo su producto. Los compradores, familias pobres en su mayoría, no sabían que la varilla había sido robada de un cementerio radioactivo ubicado a escasos 7 kilómetros de la mancha urbana.
Eran siete cajas de camiones que fueron semienterradas como método de solución para deshacerse del material radioactivo y que pronto fue descubierto por los ladrones que simplemente la sustrajeron y vendieron.
Al otro día, los autores de la fechoría, junto a la Policía Municipal con megáfono en mano pasaron por las calles pidiendo a la gente regresar las varillas.
Para eso entonces, quizá era demasiado tarde pues los lugareños ya sabían, desde semanas antes, que había «fierros viejos» y varillas que brillaban en la noche. Habían descubierto el cementerio radioactivo.
En Hidalgo, nadie sabe a dónde fue a parar el material, sin embargo se sabe que está dentro de los 7 municipios mencionados del sur de la entidad.
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