Migrantes deciden quedarse a trabajar en Hidalgo

Aunque su destino final era concretar el “sueño americano”, ante las complicaciones y la necesidad de generar ingresos para sus familias, muchos migrantes centroamericanos han decidido quedarse a trabajar y a vivir en el estado de Hidalgo.

Ya no solamente piden limosna o venden pulseritas o collares en el transporte público, sino que se han ido incorporando a la economía hidalguense ya sea en el comercio formal e informal, realizando diversas labores.

En un recorrido por la Central de Abastos de Pachuca, pudimos encontrar a Edwin, originario de Honduras, ofreciendo flores en un puesto o a Kevin, un joven que ya fue contratado en un centro comercial para mantener a su pequeña familia compuesta por su esposa, un hijo y él.

Aprovechando la gran cantidad de trabajos que se ofrecen por la temporada navideña, varios migrantes dicen que Hidalgo es una opción para mantenerse mientras ven las posibilidades de seguir su camino, pero en el caso de Kevin, que si le gusta, se podría quedar a radicar definitivamente en la entidad.

De viaje en camión hacia Mixquiahuala, se sube a la altura de Actopan, se sube Gael, quien antes de ofrecer sus productos como collares y pulseritas con símbolos religiosos, explica su origen y condición migratoria, contando una triste historia que conmueve a los pasajeros.

Es tal la fuerza de sus palabras que muchos le compran en 10 pesos lo que ofrece, embolsándose cerca de 120 pesos antes de bajar en Progreso de Obregón. Dice que así mantiene a su familia y que no le va mal, por lo que le gusta Hidalgo, que lo ha recibido con los brazos abiertos. “Tal vez me quede”, afirma.

Sumamente creyente, sostiene que los migrantes son obligados a salir de sus países de origen por diversas circunstancias, pero siempre hay una vida mejor.