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Pesticidas en Francia: alarmantes casos de cáncer infantil en zonas agrícolas
Los residuos de pesticidas en Europa, uno de los mayores consumidores y exportadores, generan preocupación por los crecientes casos de cáncer infantil en zonas agrícolas.
Son invisibles, pero se pueden encontrar rastros de ellos en todas partes: en nuestros alimentos, en las plantas, en el suelo, en las aguas subterráneas, en el aire y en nuestros cuerpos.
Se trata de los residuos de pesticidas. Europa es uno de los mayores consumidores del mundo y el primer exportador.
Los riesgos que entrañan para el medioambiente y para la salud humana y animal son objeto de un intenso debate, sobre todo en lo que respecta a su uso intensivo en el sector agrícola.
La Unión Europea tenía previsto reducir a la mitad su uso en pocos años.
Sin embargo, recientemente ha abandonado este objetivo por la presión de los agricultores y los lobbies agroquímicos.
Europeans’ Stories te lleva a Charente-Maritime, en el oeste de Francia. En este departamento hay una amplia zona de cultivos de cereales que consume muchos pesticidas.
Los habitantes de varios municipios de la región han dado la voz de alarma: los casos de cáncer infantil se han multiplicado en los últimos años, y algunos ya se han cobrado vidas.
Esta situación es motivo de preocupación para Franck Rinchet-Girollet.
Su hijo de siete años se está recuperando del cáncer de huesos que le diagnosticaron hace cinco años.
Este exconductor de autobús, ahora asistente parlamentario, es copresidente de la asociación Avenir Santé Environnement (Futuro Salud Medioambiente), creada por vecinos de la zona que, como él, luchan por encontrar la causa de los cánceres de sus hijos.
«El sensor de calidad del aire de referencia en la zona registró 33 pesticidas en 2019, 41 pesticidas en 2021 y el récord francés de herbicidas», señala.
En octubre, la asociación publicó los resultados de los análisis toxicológicos realizados a 72 niños de seis municipios de la zona.
«Se encontraron 14 moléculas de pesticidas en la orina de los niños y 45 en el pelo. Entre ellas, encontramos varias moléculas prohibidas», subraya Franck Rinchet-Girollet.
«¿Cómo es posible que sigan estando presentes moléculas prohibidas y cancerígenas y que sigamos concediendo autorizaciones de comercialización para productos que siguen siendo potencialmente alteradores endocrinos y cancerígenos? Las autorizaciones de comercialización de productos se conceden principalmente a escala europea. Y vemos que las moléculas autorizadas resultan ser posibles carcinógenos o mutágenos, reprotóxicos».
Insta a la Unión Europea a que apoye urgentemente al sector agrícola en la eliminación progresiva del uso de pesticidas sintéticos.
«Cuanto más tiempo pase, más casos de cáncer pediátrico habrá. Nuestro hijo está en remisión, pero siempre nos atormentará la espada de Damocles. Queremos sensibilizar a los responsables nacionales y europeos. No le desearía a nadie el infierno que pasamos con nuestro hijo. Pero me digo que, si lo hubieran vivido, quizá cambiarían las políticas que aplican».
¿Puede la Unión Europea proteger mejor a sus ciudadanos de los efectos tóxicos de los pesticidas?
«La legislación europea sobre pesticidas es una de las mejores del mundo, pero no se aplica correctamente», afirma Martin Dermine, director ejecutivo de PAN Europe, que hace campaña por una Europa libre de plaguicidas.
«La directiva sobre el uso sostenible de plaguicidas, por ejemplo, da prioridad a la introducción de medidas preventivas para evitar el uso de plaguicidas, con técnicas sencillas como la rotación de cultivos o el uso de variedades resistentes a las plagas. Los Estados miembros no aplican correctamente esta directiva. La Comisión Europea debe incoar procedimientos de infracción y ser mucho más estricta con los Estados miembros».
Martin Dermine también está convencido de que los europeos podrían prescindir de los pesticidas.
«La mayoría de los plaguicidas utilizados no se destinan a la producción de alimentos que consumimos directamente. Si dejáramos de subvencionar los cultivos que se exportan fuera de la Unión Europea y concentráramos el dinero de la PAC (Política Agrícola Común) en lo que realmente comemos, podríamos producir todo ecológicamente al mismo coste que hoy. El problema es que nuestra agricultura está completamente abierta a los mercados internacionales. Y todo este dinero de la PAC, que representa un tercio del presupuesto de la Unión Europea, va a parar a los bolsillos de la industria de pesticidas y fertilizantes, y también se utiliza para subvencionar las exportaciones».
Cabe señalar que el Defensor del Pueblo Europeo condenó recientemente el incumplimiento por parte de la Comisión del plazo de tres meses para la adopción de decisiones sobre la autorización de sustancias químicas peligrosas.
Los retrasos a veces se extienden varios años. Durante este tiempo, las empresas pueden seguir distribuyendo productos potencialmente tóxicos o cancerígenos. Por tanto, Bruselas puede hacerlo mejor.
Fuente:es.euronews.com