Nacional
Sheinbaum no invitó al rey de España a su toma de protesta
La presidenta electa Claudia Sheinbaum, explicó que la razón por la cual no se invitó al rey de España, Felipe VI, a la ceremonia de transmisión del poder el 1 de octubre de 2024, se debe a que no se recibió una respuesta sobre la carta que el presidente Andrés Manuel López Obrador le envió al monarca para reconocer los agravios históricos cometidos durante la conquista y realizar una ceremonia conjunta en 2021.
“Lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa, como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales”.
Recordó que en cambio, la carta se filtró en medios de comunicación y posterior a ello, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España realizó un comunicado de prensa.
“Hasta el momento, esta circunstancia no ha sido aclarada, ni respondida de forma directa al gobierno de México”.
España ha decidido no asistir a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, programada para el 1 de octubre de 2024, debido a la “inaceptable exclusión” del rey Felipe VI en la invitación oficial. El gobierno español calificó la omisión como una falta de respeto al jefe del Estado, quien tradicionalmente representa a España en ceremonias de investidura de presidentes iberoamericanos.
Sheinbaum indicó que ante la decisión de las autoridades españolas de no participar en el próximo acto protocolario; el presidente de aquel país, Pedro Sánchez Castrejón, se comunicó con ella para charlar sobre el tema y ella le dio a conocer estos motivos.
En marzo de 2019, Andrés Manuel López Obrador envió una carta a Felipe VI en la que propuso “que el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados y que ambos países acuerden y redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común, a fin de iniciar en nuestras relaciones, una nueva etapa, plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico, los cauces para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal”.