Rusia frustra un ataque masivo ucraniano en la región ocupada de Donetsk. Según el ministerio de Defensa ruso, las fuerzas del Kremlin acabaron con cientos de soldados ucranianos, y decenas de vehículos de combate. Mientras, la ciudadanía de Dnipro sigue conmocionada tras el bombardeo ruso que acabó con la vida de una menor de 2 años y dejó 22 heridos. Según el gobernador de la región, entre los heridos hay 5 menores.
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Alyona Serednya es residente de Dnipro y es madre de uno de estos niños heridos- Serednya cuenta que cuando empezó el ataque, tuvo que correr desde la estación eléctrica y esquivar el tráfico para llegar a su hogar. «Mi hijo estaba solo en casa, intentamos meter a mi hijo bajo la jaula que había sobre la ventana. Quitamos la jaula y sacamos a mi hijo. Ahora está siendo tratado», explica Serednya.
Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra de Ucrania, ha viajado al lugar de los hechos. «Putin está golpeando a civiles. Mira, ¿dónde están las unidades militares aquí? ¿Dónde están los objetos que podrían considerarse un objetivo legítimo? Una casa de dos plantas donde viven niños, ancianos y mujeres», arremete Vereshchuk contra Rusia.
Al otro lado de la frontera, cerca de la ciudad rusa de Bélgorod, los residentes buscan refugio de los intensos bombardeos de las fuerzas proucranianas. Las autoridades reparten donaciones de alimentos y otros productos básicos a las más de 4 000 personas que se han visto obligadas a instalarse en refugios temporales.
Irina Burlakova, residente desplazada de Shebekino, perteneciente a la región de Bélgorod, afirma: «Por supuesto, la situación es terrible. Pero aguantamos, intentamos hacernos más fuertes, porque tenemos hijos. Esto nos da un incentivo para seguir viviendo. ¿Y qué pasará? Por supuesto, no lo sabemos, pero seguiremos adelante».