«Dos grandes grupos de policías antidisturbios están a cada lado de esta avenida y han estado utilizando gases lacrimógenos para tratar de dispersar a los manifestantes. Se desplegaron 13 000 agentes por todo el país, más de 5 000 sólo en la capital francesa».
«Se trata de una situación muy difícil de manejar para la administración de la presidencia francesa», concluye Borges. «Y los manifestantes ya están convocando otra marcha aquí en París para el jueves de la semana que viene».