Opinión
Carlos Manzo, el alcalde asesinado de Uruapan, Michoacán y su lucha contra el crimen que le costó la vida

Por César Peña
Michoacán.- Uruapan es un municipio que desde mediados de la década pasada se vio envuelto en una espiral de violencia que alcanzó a toda la sociedad. No había sector sin ser tocado por extorsiones, secuestros, levantones y toda clase de crímenes hasta el 1 de septiembre del 2024, cuando Carlos Manzo Rodríguez se convirtió en presidente municipal que gobernó en un breve lapso, de manera totalmente diferente.
Pronto, el joven alcalde nacido en 1985 y llegado por la vía independiente comenzó a hacer el cambio y a reformar la estrategia de seguridad destinando millonarias sumas a la adquisición de unidades, armamento, equipo y capacitación para la Policía Municipal. Se sumó a los operativos contra el crimen organizado y dedicó todo su tiempo para devolverle la seguridad a los ciudadanos.
Al romper con la máxima obradorista de “abrazos, no balazos”, denunció todo el tiempo la colusión entre autoridades y criminales. Manzo llegó a declarar que “delincuente que se tope que ande armado y que se resista a ser detenido o que agreda a la ciudadanía, hay que abatirlo”.
Esto le valió ser llamado el “Bukele mexicano” por su mano firme para combatir este flagelo comparándolo con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele y su forma de combatir a los criminales, sin embargo, al mismo tiempo comenzó a sentirse en el ojo de estas redes y sentirse vulnerable.
Mandó cartas a la Presidencia de la República como a la Fiscalía General de la República (FGR), solicitando protección pues ya había recibido amenazas y decía no querer terminar como muchos otros que han combatido este mal de forma frontal.
Finalmente el pasado sábado 1 de noviembre, sin saberlo, su peor temor se hizo realidad; mientras se celebraba el Festival de las Velas como parte del Día de Muertos, el valiente alcalde fue alcanzado en la espalda por tres balas que dispararon varios sujetos desconocidos, pese a que lo vigilaban elementos de Seguridad, entre ellos, dos elementos de la Guardia Nacional.
Uno de los agresores fue abatido mientras los otros dos se dieron a la fuga, motivando el repruebo del Gobierno Federal, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, la sociedad de Uruapan y de senadores y legisladores de todos los partidos.
Se mencionaba que Carlos Manzo era uno de los más fuertes candidatos para llegar a la gubernatura en los siguientes comicios hasta que estos disparos cegaron su vida frente a su familia y la sociedad de Uruapan.







