Opinión
Entrada 3. Los idiomas prehispánicos en Hidalgo


La lingüística, haciendo uso, entre otras técnicas, de la glotocronología, que sirve para calcular por diversos métodos, como la estadística, el tiempo en el cual un idioma, por distintos motivos, empezó una divergencia y terminó por separarse, creando idiomas emparentados, ha llegado a determinar que en el actual territorio de México existen, según las convenciones de los estudiosos de la ciencia de la lingüística, 11 grandes familias lingüísticas (sin contar el Español) que engloban a la totalidad de las 364 variaciones (aproximadamente) que existen en las 32 entidades federativas.
Según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) en su Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales: Variantes Lingüísticas de México con sus autodenominaciones y referencias geoestadísticas, donde está depositado un resumen general de los estudios sobre los idiomas nativos de México, estas familias lingüísticas son las siguientes: I) Álgica; II) Yuto-nahua; III) Cochimí-yumana; IV), Seri; V) Oto-mangue; VI) Maya; VII) Totonaco-tepehua; VIII) Tarasca; IX) Mixe-zoque; X) Chontal; XI) Huave.
Esta reconstrucción histórica de los idiomas nativomexicanos, ha permitido conocer de mejor forma la cultura de los habitantes originarios, ya que las palabras de un idioma, cualquiera que sea, permiten conocer. Solo lo que se nombra puede conocerse, porque tiene un significado. Por desgracia, hoy en día existen muchos mexicanos y mexicanas que no dominan un idioma originario, o que ya han perdido la capacidad de hacerlo, y con ello se ha perdido también la capacidad de comprender una visión distinta del mundo que nos rodea.
Es muy útil conocer el estado en el que se encuentran los idiomas prehispánicos en México. Las grandes familias lingüísticas que han propuesto los estudiosos permiten, por ejemplo, saber que el Náhuatl y el Tarahumara son idiomas emparentados, o que el Otomí tiene más relación con el Mixteco y el Zapoteco que con el Huasteco, pues este último está más emparentado con la familia lingüística del Maya.
En el actual territorio del estado de Hidalgo, tenemos la fortuna de que los idiomas originarios no se han perdido del todo. Según el INEGI, a través del Censo de Población y Vivienda 2020, en nuestro estado se pudieron contabilizar, aproximadamente, 362, 629 mayores de tres años que hablan un idioma indígena. Pero no todos hablan el mismo idioma. En Hidalgo, los idiomas más hablados son, incluyendo su grupo de familia lingüística, los siguientes: A) (Familia Yutonahua) Náhuatl con 234, 450 personas; B) (Familia Oto-mangue) Otomí con 120, 492 personas; C) (Familia Totonaco-Tepehua) Tepehua con 1656 personas, y un idioma muy cercano, el Totonaco, también de la misma familia, con 891 personas.
De esos cuatro idiomas principales, pertenecientes a tres familias lingüísticas, dependiendo de la región cultural y geográfica a la que nos aproximemos en el estado de Hidalgo (sobre las cuales hablaremos en otra entrada de esta columna), las variantes de la lengua salen a relucir. Por ejemplo, el Otomí entre los otomíes que pueblan el Valle del Mezquital prefieren llamarlo Hñahñu. El mismo idioma Otomí, en la Sierra Otomí-Tepehua, es conocido como Ñuhu, como Ñatho en San Ildefonso, una localidad en el municipio de Tepeji del Río, y como Yuhu en el municipio de Acaxochitlán. Mientras que el Náhuatl que se habla en la región interestatal conocida como la Huasteca es, precisamente, Náhuatl de la Huasteca, con sus propias condicionantes. Finalmente, el Tepehua, que está presenta en Huehuetla.
Lic. Carlos A. Carrillo Galicia
Licenciado en Historia de México por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Actualmente ocupa el cargo de instructor de Historia, Filosofía y Literatura en el Centro de Educación Continua y a Distancia (CECyD-UAEH) y el cargo de presidente de la Asociación de Historiadores Egresados (AHE-UAEH).