Opinión
La lengua en su lugar
Gabriela Cruz Valdés
Violentia… 25 años de lucha, y contando
Hace unos días, en un grupo de WhatsApp de seguridad, una persona solicitó apoyo porque una mujer se encontraba desvanecida en la calle, con la cara ensangrentada y, aparentemente, delirando.
De inmediato (común en estos grupos de seguridad) comenzaron los comentarios en torno a la mujer: “Seguro está drogada. Se ve que está alcoholizada. Está con poca ropa, seguro es ‘sexoservidora’…”.
Mientras los colonos especulaban respecto a la condición de la mujer, los cuerpos de seguridad brillaban por su ausencia, dando espacio para que la molestia de las personas fuera manifestada en esta red social, aun cuando se ha insistido en que el grupo solo es para reportar casos de emergencia.
Después de poco más de media hora del reporte, los cuerpos de seguridad llegaron a donde se encontraba la mujer. Ahí ya esperaban vecinos del lugar, quienes, como ya es común en esta era digital, comenzaron a grabar el suceso.
Una de las vecinas subió el video en donde la mujer, ya de pie e intentando caminar, entre balbuceos, decía que se subiría a la patrulla y que, por favor, no la grabaran ni tomaran fotos. Por supuesto, esta solicitud no fue respetada.
El video y las fotos de la mujer en el suelo, lastimada y con sangre en el rostro, además de violar sus derechos a no grabarla ni difundir su imagen, fue blanco de los comentarios en el grupo. Uno de los mensajes causó más indignación y, dicho sea de paso, me hizo abandonar definitivamente el chat:
“A esa mujer ya no la abusan. Voy de acuerdo, fuera una jovencita de 16, pero a esta no…”
Este hecho me dio la pauta, justo a unos días de que se cumplan 25 años de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre, para reflexionar sobre el significado de “violencia” y lo mucho que aún falta para poder hablar de erradicación de la misma contra mujeres y niñas.
La Real Academia de la Lengua da tres definiciones derivadas del latín violentia: 1. Cualidad de violento; 2. Acción y efecto de violentar o violentarse; 3. Acción violenta contra el natural modo de proceder. 4. Acción de violar a una persona.
Desde el sentido etimológico, violencia significa llevar a la fuerza a algo o alguien, tomando en cuenta el vocablo latín vis (fuerza) y el latus (participio pasado del verbo ferus: llevar o transportar). Las palabras tienen tanta fuerza como los golpes físicos.
De acuerdo con la Declaración de la ONU de 1993, la violencia contra la mujer, en todas las etapas de su vida, abarca actos que causan daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico, así como amenazas, coacción o privación de la libertad, tanto en la vida pública como en la vida privada.
Desde esta perspectiva, no hay acto que justifique el hecho de que una mujer termine tendida a media calle, con poca o mucha ropa, de la edad que sea, o por los motivos que sean.
El hecho es que solo una mujer violentada, en algún momento de su vida, yace en el suelo y necesita ayuda, cualquiera que sea, para levantarse de donde cayó.
A 25 años de la conmemoración del 25 de noviembre, parece que no se ha avanzado mucho, ni en lo social, ni en lo político o económico, y menos en la seguridad.
Ni 25 años de esta campaña han logrado mitigar el morbo, las agresiones físicas, verbales, emocionales, económicas y políticas, contra mujeres o niñas, vulnerables a las críticas, a los señalamientos sociales, a los juicios y los criterios sin fundamento que las violan y las violentan.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, en 2023, alrededor de 51,100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia. Es decir, se asesinó a una mujer cada 10 minutos.
“La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas del mundo.
“La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y la paz, así como para el respeto de los derechos humanos.” (ONU, 2024).
Hoy, incluso con la desesperanza de hechos como el que les comparto, es fundamental mantener la lucha, unirse a la campaña contra la violencia hacia mujeres y niñas, porque el camino es largo y muchas vidas están en juego, porque para acabar con esta violentia #NoHayPretexto