Hoy presentamos. Paradigma cinematográfico

El cine es una fascinación personal que me ha acompañado a lo largo de mi vida. Escribir sobre cine, es una pasión que descubrí ya siendo profesional en ese universo tan amplio que es la cinematografía. Compartir públicamente ideas y reflexiones sobre el séptimo arte, es un placer.

Mi intención, en este espacio no solo es analizar películas; es, reflexionar sobre las historias cinematográficas que también definen y redefinen los entornos individuales, sociales, políticos, deportivos, etc. Desde su inicio, a finales del siglo XIX, con aquellas cortas obras silentes, hasta las súper producciones contemporáneas de nuestros días, el cine nos ofrece una ventana para cuestionar el todo que nos rodea

El séptimo arte, visto como un paradigma, ha sido definido en las contundentes palabras del célebre director francés Jean-Luc Godard: “El cine es la verdad a 24 fotogramas por segundo”. Pero, esto lo ha redefinido el realizador austriaco Michael Haneke: “El cine es 24 mentiras por segundo al servicio de la verdad.”

 El cine, desde su inicio, ha sido un elemento poderoso de atracción; mismo que ha generado diálogos infinitos, ha roto barreras sociales y culturales, además, claro, de establecer paradigmas. Partiendo de la idea sobre el cine, que, más allá de ser una fuente de entretenimiento, o una industria poderosa; es un paradigma en constante evolución para el espectador, y, desde luego para sus realizadores.

Resulta maravilloso que hoy se tiene una sobreoferta de productos cinematográficos para consumir, ya sea en una sala de proyección; en casa; o cualquier lugar, desde un dispositivo móvil. Películas, series, documentales, cortometrajes; se significan en miles de opciones para ser vistas y obtener alguna reflexión sobre lo que nos cuentan.

El cine surgió como paradigma tecnológico, los hermanos Lumière les otorgaron movimiento a las imágenes fotografiadas, con la sola intención de retratar la realidad. Después, personajes como Georges Méliès, dieron al cine un sentido paradigmático más profundo, tomando a este como un elemento para contar historias, manipulando tiempo y espacio, asumiendo el poder hacer realidad mundo y universos que antes solo existían en el imaginario.  

Reflexionar y comentar sobre esos mundos imaginarios llevados a la gran pantalla, resulta maravilloso. Ser el punto medio entre el realizador y el espectador, con el cine como protagonista en cada línea de este espacio, es la intención de este quien escribe.

Autor: Mariano Bouchot