Hidalgo
Hacer lo correcto
Economía versus Política
César Peña *
Dos sucesos que ocurrieron cerca de mi entorno, sirven para ilustrar que siempre los seres humanos estamos en posibilidades de actuar correctamente, en apego a una ética racional, humanista y sobre todo, empática y otra, hacer lo contrario, aquello que nos dictan pasiones ocultas y lo que las influencias cercanas y «tradiciones familiares» nos piden o nos presionan a hacer.
En el primero de los casos, un sujeto, argumentando despecho y traición, la emprendió a machetazos contra su pareja sentimental, acto totalmente deplorable y vil, más porque la mujer fue atacada cuando dormía al lado de sus hijos, en aquel entonces menores de edad.
La pareja vivía en un cuartito de la casa de los abuelos del hombre. Alrededor estaban las moradas de madre y de los primos, quienes intervinieron para evitar que el sujeto terminara con la vida de la mujer, incluso uno de los primos, se metió a ayudarla y recibió un machetazo de aquel enloquecido, pero logró evitar el crimen.
Otra de sus primas llegó y auxilio a la víctima, llevándola al Hospital General de Pachuca para curarle las profusas heridas provocadas por el arma punzocortante y acompañarla en este difícil trance.
En el otro caso de machismo homicida y brutalidad, un sujeto golpeó y apuñaló a su pareja tras horas de discusión en el interior de su hogar. La mujer se desangró profusamente tras una cortada en el cuello hasta perder la vida. También, como en el caso anterior, la pareja vivía cerca de la familia de él, pero en este caso, no hizo nada por evitar el crimen y hasta se volvió cómplice, ayudando a escapar al sujeto y hasta para sepultar clandestinamente a la mujer asesinada.
Cuando una familia con conciencia hubiera primero que nada, intervenido para evitar la golpiza, logrando que ella viviera y que su pariente no cometiera un crimen, dejaron que sucediera todo y en su pequeña mente creyeron que ayudándolo a escapar, escondiendo el cadáver y guardando silencio, nadie se daría cuenta de la desaparición; cálculos sumamente torpes y cobardes.
Peor aún, descubierto el crimen y ubicado al prófugo por parte de la Procuraduría de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), la familia del asesino comenzó a victimizarse y a decir que la sociedad «los quería matar» emprendiendo al mismo tiempo, en forma defensiva, una campaña de odio contra todos los que se solidarizaran con la víctima y hasta con la prensa que dio a conocer el hecho.
Como si todos los integrantes de esta familia no pensaran y les hubieran robado el principio de la empatía, cada uno hizo su papel desviando la atención cuando tuvieron la oportunidad de evitar este feminicidio como en el primer caso y luego, si no hubiera sido el caso, conminar al familiar a entregarse a las autoridades o ya forzadamente, denunciarlo por el asesinato cometido, pero eso sólo lo haría una familia que pensara correctamente y no por quien acaba siendo cómplice y decide hundirse con el homicida.
En fin, como lo profesa la libertad aristotélica, el hombre tiene la capacidad de decidir su destino.
- * Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia