La prueba más difícil para los futuros combatientes españoles de la Legión Internacional de Ucrania es mantener durante tres días una posición clave que han ganado. Para ello, los voluntarios pasan dos noches y tres días sin dormir, defendiendo el punto estratégico.
“De todo el curso, ésta es la prueba con mayor índice de abandono”, explica Francisco Galván, director y entrenador jefe de G.O.A. Tactical, la única empresa en España dedicada a la formación de personas que quieren combatir en Ucrania.
A esto le siguen otros ejercicios, como correr con material militar al hombro, capturar y “limpiar” trincheras ocupadas y pruebas de estrés en un entorno hostil.
Por setecientos euros, los futuros combatientes reciben cinco días de entrenamiento para experimentar lo que ocurrirá en el campo de batalla.
¿La recompensa? Un contrato con el Ministerio de Defensa ucraniano, por valor de hasta 3.400 euros si se incorporan a las unidades de élite.
“Nuestra empresa tiene contactos con ministerios de defensa de todo el mundo, incluida Ucrania. Lo que hacemos es evaluar a una persona interesada en combatir y darle los contactos para que se ponga en contacto con ellos”, explica Galván.
“Es el voluntario el que tiene que llamarles directamente, pero nuestros contactos le están esperando. Luego enseña el certificado de validación y ya tiene el trabajo”, añade.
Se trata de evitar que la empresa sea clasificada como contratista privado de seguridad y defensa, las llamadas Compañías Militares Privadas, un servicio similar al del Grupo Wagner.
“Tenemos gente luchando en Ucrania. Uno de ellos volvió a España para descansar unos meses, y fue entonces cuando le preguntaron (los oficiales ucranianos) si podía reclutar gente para luchar en la guerra”, cuenta Galván.
Tras 18 meses de lucha contra la invasión rusa a gran escala, Ucrania necesita soldados. Muchos de ellos están agotados y el índice de bajas es elevado.
Aunque el ejército ucraniano evita dar cifras concretas sobre el número de soldados, Statista Research calcula que hay 500.000, el doble de los que servían justo antes de que empezara el conflicto.
También se especula mucho sobre el número de bajas, pero la inteligencia militar estadounidense calcula que ha habido 190.000 -incluidos los heridos- en año y medio de guerra.